Cuando el mar
rompe con fuerza sus celos,
cuando la lluvia
es mi quimera de deseos,
cuando el viento
arrastra mis últimos besos,
es cuando grito al cielo:
¡Vuelve!
Cuando el Sol
desaparece en silencio,
cuando el hogar
se humedece con el vacío,
cuando el rocío
pierde su forma en el suelo,
es cuando grito al cielo:
¡Vuelve!
Y tomándome la licencia de escribir en tu blog, de robarte tus propias palabras, te digo: ¡Vuelve!
Creo que no soy la única que echa de menos leerte...